“Es una perspectiva aterradora cuando vemos la dirección que están tomando las cosas y lo rápido que se está deteriorando el clima a nuestro alrededor”, afirma Katie Rood, delantera de la selección de fútbol de Nueva Zelanda.

“No está en el ADN de un atleta detenerse, y si las condiciones son demasiado peligrosas, creo que existe un riesgo de muerte”, afirma Jamie Farndale, jugador de rugby 7s de Gran Bretaña.

“Para los deportistas, las consecuencias pueden ser variadas y de gran alcance: desde problemas menores que afectan al rendimiento, como la interrupción del sueño y los cambios de última hora en los horarios de las pruebas, hasta el agravamiento de los efectos sobre la salud y el estrés y las lesiones relacionadas con el calor. Con el continuo aumento de las temperaturas globales, el cambio climático debería considerarse cada vez más como una amenaza existencial para el deporte” , afirma Lord Sebastian Coe, Presidente del Atletismo Mundial y cuatro veces medallista olímpico.

Los Juegos de Tokio se conocieron como los más calurosos de la historia, con temperaturas que superaron los 34°C y una humedad cercana al 70%, lo que provocó graves riesgos para la salud de los participantes. Los Juegos de París tienen el potencial de superarlo, ya que el cambio climático impulsado por la quema de combustibles fósiles ha contribuido a las rachas de calor récord de los últimos meses.

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2023 fue el año más caluroso jamás registrado, según el Servicio de Cambio Climático Copérnico de la UE, y 2024 ha continuado esta racha. Según los expertos de Copernicus, el mes de abril de 2024 fue más cálido (en todo el mundo) que cualquier otro abril anterior registrado.

El informe, elaborado por BASIS y FrontRunners, concluye instando a la comunidad deportiva a abordar estas preocupaciones y aplicar una serie de recomendaciones inspiradas en los deportistas para garantizar la seguridad y el bienestar de los competidores. Destaca la urgente necesidad de escuchar las voces de los y las atletas y de hacer mayor hincapié en la protección de los deportistas y del tejido deportivo a medida que se intensifican las preocupaciones climáticas.