Por Marta Martín
Osmar Olvera y Juan Celaya se presentaron en la final de clavados de trampolín de 3 metros sincronizados en los Juegos Olímpicos de París 2024 con un choque de manos. Sincronizados hasta para las presentaciones.
El público del Centro Acuático de París también estaba en armonía con ellos. Cada clavado estaba anticipado por la bulla mexicana: «¡México, México!».
Esa sincronía se plasmó en la alberca.
La dupla mexicana consiguió una histórica medalla de plata en en una prueba en la que nunca habían subido al podio olímpico. Y lo hicieron después de un brillante mano a mano con los chinos Long Daoyi y Wang Zongyuan que se resolvió por tan solo 2.07 puntos.
Olvera y Celaya llegaron a estar en primera posición de manera provisional después del cuarto clavado, donde obtuvieron 85.68 puntos. Y eso hizo que la grada gritara como nunca.
Tras el quinto, fueron los chinos Long Daoyi y Wang Zongyuan quienes se situaron primeros por tan solo 1.08 puntos.
Y en el sexto, sin nada que perder, Olvera y Celaya lo dieron todo con un doble mortal y medio adelante con tres tirabuzones, su clavado de mayor dificultad. No valió para el oro, pero sí una plata que sabe a gloria… y a historia.
Es la primera medalla olímpica de los clavados mexicanos en la historia en este evento de 3 metros sincronizados. Y la celebraron tal y como entraron a la piscina: con un choque de manos que les ha abierto las puertas de la historia.
Los británicos Jack Laugher y Anthony Harding completaron el podio con la medalla de bronce.
Por su parte, la dupla española formada por Adrián Abadia y Nicolás Garcia Boissier, quienes fueron medallistas de bronce en el Mundial 2024, terminó en sexta posición.