De acuerdo con la última acusación revelada, los agentes federales confiscaron “más de 1.000 botellas de aceite para bebés y lubricante” durante los allanamientos a las mansiones del magnate de la música en Los Ángeles y Miami, cuando revisaron las propiedades en marzo de este año.
El abogado de Diddy, Marc Agnifilio, cuestionó con escepticismo la absurda cantidad de botellas que, según las autoridades, encontraron en las propiedades.
“No creo que fueran 1.000 botellas, pero eran muchas”, expresó en una entrevista con el New York Post, antes de sugerir que a Diddy solo le gusta abastecerse de sus artículos esenciales.
“Hay un Costco [supermercado] a la vuelta de la esquina. Los estadounidenses solemos comprar al por mayor”.
En referencia a las conocidas freak offs (sesiones de sexo salvajes) que Diddy supuestamente organizaba, indicó que se trataba de adultos actuando bajo “consentimiento” mutuo.
Agnifilio añadió: “No podemos volvernos tan puritanos en este país como para pensar que, de alguna manera, el sexo es algo malo, porque si lo fuera, no habría más personas”.
Las llamadas ‘freak offs’ eran encuentros en los que, según la demanda presentada por Cassie Ventura, el rapero la obligaba a participar en actos sexuales con trabajadores sexuales masculinos mientras él observaba, se masturbaba y filmaba. La demanda se resolvió por acuerdo mutuo.
Pero Diddy se encuentra recluido en el Centro de Detención Metropolitano (MDC) de Brooklyn tras su detención el 16 de septiembre bajo la acusación de tráfico sexual.
A pesar de haberse declarado inocente, le han negado la libertad bajo fianza en dos ocasiones.
Según fuentes, Diddy se negó a comer en el MDC y fue trasladado a una zona con “protección especial” dentro de las instalaciones.
Larry Levine, un exrecluso del MDC, comentó en una entrevista con Ashleigh Banfield de NewsNation que el rapero “está muy paranoico”.
Levine también contó que el artista estaba “muy asustado”, ya que no sabía qué pensar, en quién podía confiar ni qué debía creer.
Sin embargo, Agnifilio cuestionó la versión del exconvicto y describió a Diddy como alguien “enfocado en sus asuntos”.
Además, añadió que su cliente se mostraba comprometido, dispuesto a colaborar y confiado, y que, en términos generales, “su ánimo es bueno”.
Además de los cargos penales, Diddy enfrenta múltiples demandas civiles.
En la más reciente, presentada el pasado martes, Thalia Graves acusó al rapero y a su exjefe de seguridad, Joseph Sherman, de haberla drogado, violado “brutalmente” y agredido físicamente en 2001.
El rapero deberá comparecer ante el tribunal el 9 de octubre.
Traducción de Leticia Zampedri