Vivir en Chihuahua

Las abuelas suizas que han hecho historia en la lucha contra el cambio climático

Lo que está en juego es un futuro habitable

Un grupo de jubiladas logró ayer la primera condena contra un Estado por su inacción frente al calentamiento global

Miembros de KlimaSeniorinnen manifestándose el pasado 19 de marzo en Estrasburgo.

 

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Revista Mas. Mujeres en Acción.

Hace ocho años, un grupo de jubiladas suizas decidió que había llegado el momento de implicarse activamente en la lucha contra el cambio climático y se unió para formar la asociación KlimaSeniorinnen, en castellano, Señoras Mayores por el Clima. En su primera reunión, celebrada el 23 de agosto de 2016, eran apenas 40 miembros. La organización, integrada en la actualidad por 2.500 mujeres con edades entre los 64 y los 90 años, consiguió ayer una de las mayores victorias registradas hasta la fecha en la lucha contra el cambio climático.

Mientras otros grupos centraban su reivindicación en las protestas, KlimaSeniorinnen optó por la vía judicial, denunciando al Gobierno de su país. En una sentencia histórica, el Tribunal de Estrasburgo les ha dado la razón, admitiendo que no tomar acciones para frenar el cambio climático es una vulneración de los derechos humanos. En concreto, el TEDH ha condenado a Suiza por violar el artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos relativo al «derecho al respeto a la vida privada y familiar».

El argumento de la asociación es que el calentamiento global, al que Suiza contribuye, pone en riesgo sus vidas. “El cambio climático ya produce grandes daños. Las amenazantes olas de calor, los deslizamientos de tierra y las inundaciones se convertirán en la norma a menos que tomemos medidas inmediatas. A pesar de la evidencia científica, Suiza, al igual que la mayoría de los países, no está haciendo todo lo necesario para evitar tales desastres. Debido a que los gobiernos, a través de su inacción, violan los derechos básicos, cada vez más personas en todo el mundo los están llevando a los tribunales. Lo que está en juego es un futuro habitable”, indican las demandantes, que alegan que el país no está cumpliendo su deber, impuesto por la Constitución suiza y el Convenio Europeo de Derechos Humanos, de protegerlas. “Con nuestra demanda exigimos que las autoridades federales corrijan el curso de la política climática suiza porque los objetivos y medidas actuales no son suficientes para limitar el calentamiento global a un nivel seguro”.

Que hayan decidido asumir este papel protagonista no es casual. Como ellas mismas explican en su manifiesto, “las mujeres mayores son particularmente susceptibles a las olas de calor intensas y frecuentes. Obviamente, somos conscientes de que los hombres mayores, las personas con enfermedades y los niños pequeños también sufren olas de calor y otros efectos climáticos. Al centrarnos en nuestra demostrada susceptibilidad particular, las mujeres mayores simplemente estamos mejorando las posibilidades de éxito de nuestra demanda, lo que en última instancia es bueno para todos”. Según un estudio realizado por el Instituto Suizo de Salud Pública, durante el verano de 2022, que registró temperaturas récord, se produjeron en el país alpino 474 muertes relacionadas con el calor. Todos los fallecidos tenían más de 75 años y el 60% eran mujeres.

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KlimaSeniorinnen ha triunfado donde otros han fracaso.

 

La batalla legal de KlimaSeniorinnen, que ha contado con el apoyo de Greenpeace Suiza, arrancó en noviembre de 2016, con la presentación de un requerimiento para que las autoridades suizas tomaran medidas de cara reducir sus emisiones de CO2. Su petición fue rechazada, y la queja fue pasando por diferentes instancias judiciales nacionales hasta llegar, en noviembre de 2020, a la Corte Europea de Derechos Humanos. Cuatro años después, el fallo del Tribunal obliga a Suiza a tomar medidas decisivas para reducir sus emisiones. La sentencia, adoptada por dieciséis votos contra uno, abre la puerta a la presentación de nuevas demandas contra los Estados que quebranten sus compromisos en materia medioambiental. El Consejo de Europa será el encargado de vigilar su cumplimiento.

Más de un centenar de mujeres viajaron a la sede del Tribunal Europeo para asistir a la lectura del fallo.

 

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De hecho, en la misma audiencia, el Tribunal de Estrasburgo declaró inadmisible otras dos demandas: una presentada por seis jóvenes portugueses contra Portugal, España y una treintena de países europeos, a los que acusaban de incumplir los Acuerdo de París, y otra presentada por Damien Carême, exalcalde del municipio de Grande-Synthe, que denunció que su ciudad, como otras del norte de Francia, corre el riesgo de acabar bajo las aguas del mar del Norte ante la pasividad del Estado. Ambos casos han sido rechazados no por cuestiones de fondo, sino por errores formales o de procedimiento. El de los jóvenes portugueses se desestimó porque no habían presentado ningún recurso ante la justicia de su país antes de dirigirse a Estrasburgo, y el de Carême, debido a que el demandante, ahora eurodiputado, ya no vive en la zona.

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