Por: Sandra Dueñes Monárrez.
Chihuahua, Chih., a 24 de septiembre del 2024.- La ola de enfrentamientos que inició un mes después de la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en El Paso, Texas fue el parteaguas de una guerra anunciada tras el ya fracturado Cártel de Sinaloa y que debido a la zona geográfica se traslado desde Culiacán a Chihuahua.
El inicio de esta “guerra” al interior de esta organización criminal era del conocimiento de las autoridades de Chihuahua, quienes “sabían que tarde o temprano la violencia alcanzaría al estado,” principamente en la zona de la frontera norte con Estados Unidos y en la región del “Triángulo Dorado” ubicado en los municipios de Guadalupe y Calvo, Guachochi, Guanasevi en el estado de Durango y Badiraguado con Sinaloa.
Desde el aseguramiento del hijo de “El Chapo” Guzmán Loera y Ismael “El Mayo” Zambada del líder fundador del Cártel de Sinaloa se han “tomado las medidas necesarias sabiendo que había un probable riesgo de un incremento en la violencia en el estado de Chihuahua”, refirió el secretario de Seguridad Pública Estatal (SSPE), Gilberto Loya Chávez.
Desde la SSPE se han tomado medidas preventivas para evitar en el estado el llamado “efecto cucaracha” esto tras la serie de violencia que se ha venido registrando en el estado de Sinaloa, dijo.
“Al saber de esta detención, nosotros supimos del impacto que pudiera tener en este lado de la frontera, nosotros lo comentamos que a pesar de que no se diera de manera inmediata como pasó, sabíamos que podría ocurrir un enfrentamiento de este tipo en la región”, comentó el funcionario estatal.
Por ese motivo, la SSPE de la mano de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional (GN) y de la Fiscalía General del Estado (FGE) “blindaron” toda la frontera con Guadalupe y Calvo, así como los municipios localizados dentro del “Triángulo Dorado”, detalló Loya Chávez.
Destacó que por las condiciones que prevalecen tanto en la región de Coronado, Ojinaga, Guadalupe y Calvo, se mantiene una presencia permanente por parte de elementos de las Fuerzas Especiales que recién fueron capacitadas y que están preparadas para trabajar allá y fueron ellos quienes restablecieron el orden en Ojinga, Juárez y Chihuahua, listas para contener el “blindaje” que se tiene establecido para prevenir el “efecto cucaracha”.