Por: Sandra Dueñes Monárrez.
Chihuahua, Chih., a 24 de octubre del 2024.- La Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó que el estado de Chihuahua atraviesa una de las peores sequías en su historia reciente donde el 95 por ciento del territorio estatal se encuentra clasificado en algún nivel de sequía, desde moderada hasta extrema.
Es decir, que de acuerdo con información del Monitor de Sequía de México, publicado por la Conagua al 30 de septiembre de 2024 solo el 4.5 por ciento del territorio estatal no presenta una afectatación de la sequía.
Datos históricos muestran que esta condición prevalece desde septiembre de 2023 a la fecha por lo que en las zonas rurales, la falta de lluvias generalizadas ha comprometido gravemente la actividad agrícola de temporal y ganadera extensiva, reduciendo la producción de forrajes, granos básicos y de pastizales naturales, además que al reducirse los escurrimientos naturales se ve afectado los niveles de las presas del Estado y. la recarga de los mantos acuíferos, afectando no solo la economía local, sino también el bienestar de miles de familias que dependen de estas actividades.
Las 7 principales presas del estado de carácter productivo presentan niveles de almacenamiento de agua por debajo del 23% de su capacidad, por lo que se prevé que esta situación ponga en riesgo el siguiente ciclo agrícola Primavera-Verano 2025, poniendo en riesgo la viabilidad de diversas actividades productivas en el sector rural.
El estado se encuentra en una situación geográfica de alta vulnerabilidad ante fenómenos climáticos adversos, debido a su localización en el norte del país, caracterizada por un clima árido y semiárido. Esta región históricamente ha tenido problemas de disponibilidad de agua, pero el cambio climático ha exacerbado estos desafíos, disminuyendo las lluvias y elevando las temperaturas, lo que ha incrementado las tasas de evaporación y ha reducido drásticamente la disponibilidad de agua en los cuerpos de almacenamiento y cuencas hídricas.
Según la Conagua, las presas más importantes del estado, como la Presa La Boquilla, actualmente se encuentran con niveles inferiores al 20% de su capacidad, lo que representa una grave amenaza para la agricultura de riego y otras actividades productivas.
El impacto más inmediato y visible de la sequía ha sido en el sector agrícola y ganadero, dos de los principales motores de la economía del estado. Chihuahua, siendo el estado más grande de México, tiene una gran extensión de tierras dedicadas a la producción agrícola, particularmente en el cultivo de productos clave como el maíz, frijol, trigo, chile, algodón y nuez, que abastecen tanto el mercado interno como el externo.
La falta de agua ha reducido la superficie sembrada y ha afectado la calidad de las cosechas, generando pérdidas millonarias para los productores.
De acuerdo a información proporcionada por la Asociación de Agricultores de Riego de Chihuahua revelan que la producción de granos ha disminuido en más de un 40 por ciento en algunas regiones. El frijol, por ejemplo, que es uno de los productos insignia de la agricultura del estado, ha visto un retroceso significativo en su producción, lo que afecta no solo a los agricultores locales, sino también al mercado nacional.
Por otro lado, el sector ganadero ha experimentado una reducción del 30 por ciento en su capacidad productiva debido a la escasez de agua y forrajes. La falta de pastos naturales ha provocado que los ganaderos tengan que comprar alimento suplementario a precios elevados, lo que ha incrementado considerablemente los costos de producción. Además, la mortandad de ganado ha aumentado, especialmente en las zonas más afectadas por la sequía extrema, generando una crisis en las economías rurales que dependen de esta actividad.