Por: La Redacción.
Ciudad de México., a 1 de octubre del 2024.- Estabilizar las tasas de crecimiento del país y ejecutar un plan de consolidación fiscal para que el próximo año se pueda dar vuelta al déficit propuesto para este año son los principales retos económicos a los que se enfrenta la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, afirmaron especialistas.
Consideran necesario mejorar la infraestructura y ven con buenos ojos que una de las prioridades sea concluir y consolidar los grandes proyectos que deja el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aunque la pregunta que surge es: ¿de dónde saldrán los recursos?
Arely Medina, economista investigadora de Citibanamex, consideró que el principal reto de la nueva administración es la política fiscal, toda vez que en el presupuesto de este año hubo un incremento considerable del gasto público, que “no está acompañado de ingresos. El gasto es gasto corriente, para la parte de los apoyos, pero también se ve reflejado en las obras insignia y eso incide en el crecimiento económico, pues cada peso que se gasta para generar infraestructura puede ir a creación de empleos, por ejemplo.
En 2025 la consolidación fiscal va a ser un reto muy importante. Vemos poco probable que el gobierno pueda mantener este gasto, dado que no tenemos más ingresos. Si no vemos, por ejemplo, una reforma fiscal, será difícil hacer más gasto a menos que se contrate más deuda, expresó.
No obstante, recordó, uno de los principales estandartes de la actual administración es mantener finanzas públicas sanas sin adquirir deuda y sin que ésta se incremente por arriba de 50 por ciento como proporción del producto interno bruto (PIB).
El subdirector de análisis económico de CI Banco, James Salazar, externó que el principal desafío de Claudia Sheinbaum es elevar el crecimiento económico de forma sostenible e incrementar los ingresos de los trabajadores.
“Y con ello va la parte fiscal. Se necesitan diferentes cosas, como reducir los balances presupuestados para este año. Hay un objetivo de bajar el déficit (cuando los gastos son mayores a los ingresos). Se necesitan ajustes fuertes, que en determinado momento pueden implicar una desaceleración económica.
Esa es la gran dificultad a la que se enfrenta la siguiente administración, porque se deben emprender acciones para mejorar la recaudación, y como el margen de maniobra es limitado en el tema fiscal, se debe ser eficiente en el gasto. Las políticas de gasto deben estar enfocadas a proyectos que puedan traducirse en efectos multiplicadores para toda la economía, precisó Salazar.
En diversas apariciones públicas, Sheinbaum ha dicho que por ahora no se tiene planeada una reforma fiscal, y si fuera el caso primero se realizarán consultas. Al mismo tiempo, señaló que la meta es consolidar los proyectos de infraestructura de la actual administración con la misma cantidad de recursos que se han utilizado.
En este sentido, ha señalado que la prioridad es consolidar las grandes obras de López Obrador: el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Aeropuerto Internacional de Tulum y la Refinería de Dos Bocas.
Por su parte, tiene una estrategia para atraer a todo el país empresas que buscan reubicar sus procesos (estrategia conocida como nearshoring), para lo cual se requiere infraestructura (sobre todo hidráulica), construcción de al menos un millón de viviendas, escuelas, centros de salud y espacios de esparcimiento, así como proyectos con la iniciativa privada para crear 100 parques industriales.
Anuncios bienvenidos, pero con incertidumbre
“Históricamente el gasto público como porcentaje del PIB ha sido bajo; hay muchas necesidades de salud, educación o infraestructura. Claro que es necesario que se incremente y se ejecute el gasto en obras como carreteras o caminos que ayuden a corto y largo plazo, y claro, son más que bienvenidos los anuncios, pero la pregunta es: ¿cómo?
La intención de continuar con los grandes proyectos de infraestructura es buena, pero el problema es cómo financiarlos si no hay señales de, por ejemplo, una reforma fiscal. A nosotros nos queda esa pregunta: ¿cómo, si no hay más ingresos y tampoco se piensa adquirir más deuda?, señaló Arely Medina de Citibanamex.
“El país tiene muchas necesidades de infraestructura, agua, carreteras, transporte, pero el margen de maniobra limitado en el primer año y los compromisos para combatir los desequilibrios fiscales indican que se dificultará establecer un plan ideal. Todo apunta a un gasto inercial para que los proyectos se consoliden y operen. No es lo óptimo, pero parece que eso ocurrirá: enfocarse en lo que se está realizando.
Por ejemplo, el plan de vivienda es quizás una buena intención, pero es muy difícil concretarlo. Varias constructoras se fueron a la quiebra por buscar modelos de vivienda que estuvieran cerca de los centros urbanos. El hecho de que el gobierno lo intente puede que no sea lo más eficiente, señaló Salazar.
Arely Medina, de Citibanamex, agregó que si no se contrata más deuda o se aprueba una reforma fiscal es posible que el gobierno realice “una reasignación del gasto. Dos de los rubros que más gasto absorben son los apoyos sociales y Petróleos Mexicanos (Pemex), porque cada peso gastado ahí puede gastarse en otra cosa.
Los gastos de los programas sociales son insostenibles si no hay una reforma; esas son fuentes viables de recursos, y también Pemex, porque cada peso que se deja de dar a la empresa puede ir a otro proyecto importante, añadió.
Con información La Jornada.