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Una chica conflictiva, la joven que realizó el tiroteo escolar en Wisconsin

Natalie Lynn Rupnow, una estudiante de 15 años que se hacía llamar “Samantha”, desató un tiroteo en Abundant Life Christian School en Madison, Wisconsin, que terminó con la vida de un profesor y un compañero de clase, dejando además a varios heridos.

Natalie tenía problemas con sus padres y odiaba al mundo que la rodeaba; era muy activa en redes sociales y glorificaba tiroteos como el de Columbine.

Ella falleció poco después, por lo que las autoridades describieron como una herida autoinfligida. En un país habituado a las tragedias en escuelas, la masacre se destaca no solo por la corta edad de la atacante, sino también por su género. En los Estados Unidos, los tiroteos masivos son estadísticamente un fenómeno protagonizado por hombres.

Según el Instituto Rockefeller de Gobierno, solo un 4.3% de estos incidentes entre 1966 y 2022 fueron cometidos por mujeres. Este patrón tan arraigado hace que cada caso protagonizado por una joven como Rupnow destaque de manera inusual.

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Pero, ¿quién era Natalie Rupnow? ¿Qué la llevó a irrumpir con violencia en un aula que, hasta hace poco, era su refugio académico? La investigación aún está en curso, pero los fragmentos de información disponibles arrojan luz sobre una figura mucho más compleja que el estereotipo típico de los atacantes escolares.

Una joven con ‘conflictos’ con todos los que la rodeaban

Los usuarios en redes sociales, inmediatamente buscaron indicios sobre Natalie. Era nueva en la Abundant Life Christian School, pero era muy activa en redes sociales, principalmente en Discord y Tumblr. La adolescente usó el nombre «Samantha» en línea y tenía como nombre de usuario «crossixir», en el que presuntamente glorificaba los tiroteos escolares.

Según miembros de la comunidad escolar, la institución suele servir como refugio para estudiantes que enfrentaron dificultades en otras escuelas: acoso, problemas de conducta o conflictos personales. Rebekah Smith, madre de una estudiante que estaba cerca del aula del incidente, comentó al New York Times que la escuela había crecido significativamente desde la pandemia y que muchos padres veían en ella una “opción segura para cambiar la vida de sus hijos”.

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Sin embargo, algo en la experiencia de Rupnow en Abundant Life falló. Los detalles que emergen tras el tiroteo sugieren que Natalie llevaba tiempo lidiando con problemas personales profundos. Fuentes cercanas a la investigación mencionaron la posible existencia de un “manifiesto” o cartas que la joven habría escrito antes del ataque.

En esas cartas, presuntamente obtenidas por usuarios en redes sociales, afirmaban que Natalie era profundamente racista, detestaba abiertamente a las personas que la rodeaban y que responsabilizaba a otros, entre ellos a sus padres, por el deterioro y el estado de su salud mental.

«La humanidad es inmundicia y no me gusta esa suciedad, ni quiero vivir en ella, ni nadie más debería. Y sé que me sigue y seguirá a todos debido a cómo está dirigido el mundo. Había muchas cosas que quería hacer cuando era niña, pero puedo admitir que tenía miedo de los otros niños, y también de mis propios padres, pero ni siquiera confío en ellos, y a esa edad, así como ahora, no lo haré nunca».

El jefe de la Policía de Madison, Shon Barnes, instó a no dar lugar a especulaciones sobre la identidad de género de Natalie. “No creo que lo que ocurrió hoy tenga nada que ver con cómo ella o ellos quieran identificarse”, afirmó en una conferencia de prensa, sugiriendo además que las redes sociales debían manejarse con responsabilidad ante casos tan delicados.

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Natalie habla de su relación extremadamente difícil con su padre, señala que sus padres se divorciaron varias veces y que su madre tuvo problemas con la adicción a las drogas. También insinúa que su padre era alcohólico. Ella expresa que había sufrido bullying en la escuela, algo que su novio me enfatizó como un factor importante en su pesimismo sobre su vida y su enojo hacia otras personas.

«Veo a mis padres como unos fracasados ​​por todo lo que me han hecho y por estar jugando con mi vida. Nunca me dieron ningún consejo útil, todo era una mierda, aunque el mundo en sí es una mierda para ser justos, así que ¿por qué tú o yo deberíamos ver tanto en él? Para ser exactos, nunca me ha gustado realmente mi padre, porque honestamente, ¿por qué debería gustarme? Nuestro odio es mutuo. Por otra parte, nunca me verá como su hija. Él nunca me amará como amó a su ex o a sus hijos o incluso al alcohol, pero eso no importa, ya no importa porque nadie me escuchó y solo se burlaron de mí toda mi vida y estoy harta de eso».

Tiroteos, una tendencia abrumadoramente masculina

Los tiroteos perpetrados por mujeres son excepcionalmente raros, y los que involucran a adolescentes aún más. En un análisis publicado por NBC, se señala que la mayoría de los tiroteos masivos llevados a cabo por mujeres tienen como contexto conflictos laborales o domésticos. Sin embargo, el escenario escolar es históricamente dominado por atacantes masculinos.

La Base de Datos de Tiroteos en Escuelas K-12 confirma que, de los 258 incidentes registrados en lo que va del año, solo nueve fueron protagonizados por mujeres.

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Los expertos han señalado que, cuando las mujeres cometen actos de violencia masiva, suele haber un trasfondo de problemas psicológicos no tratados o aislamiento social extremo. ¿Era este el caso de Natalie? Las autoridades, al momento, no han revelado detalles sobre interacciones previas con la joven ni problemas conocidos en su hogar, pero confirmaron que su familia está cooperando plenamente con la investigación.

Otro aspecto clave que las autoridades intentan esclarecer es cómo Natalie obtuvo el arma utilizada en el ataque. El jefe Barnes reveló que la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) está trabajando para rastrear el origen de la pistola y determinar si hubo negligencia por parte de los padres.

“¿Cómo una chica de 15 años consigue un arma?” preguntó Barnes en voz alta, dando eco a la misma pregunta que resuena en comunidades y medios de comunicación en todo el país.

Un santuario «trastocado»

La Abundant Life Christian School, una institución privada que atiende a unos 400 estudiantes, no cuenta con detectores de metales. Aunque el personal y los alumnos habían sido entrenados en procedimientos de cierre, nada pudo prepararlos para la tragedia que enfrentarían ese lunes.

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La llamada al 911 que alertó a la Policía provino de un estudiante de segundo grado. “Dejemos que eso se absorba por un minuto”, dijo Barnes al respecto, subrayando el impacto emocional que el evento tendrá en los niños más pequeños.

La tragedia ha dejado dos estudiantes en estado crítico, además de otros heridos que se recuperan en hospitales locales. Mientras tanto, la comunidad escolar y los padres de familia enfrentan una realidad difícil de procesar: la escuela, que alguna vez fue vista como un santuario, ha sido sacudida de manera irrevocable.

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