Testigos y averiguaciones de la FGJ refieren que desde hace más de una década el CJNG usaba ranchos de Teuchitlán como campos de exterminio
Por Ernesto Jiménez
“Estoy limpio, que me investiguen”, lanzó José Ascención Murguía Santiago, alcalde de Teuchitlán, el municipio en el que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) instaló dos campos de exterminio mientras él se encontraba en el cargo.
El presidente Municipal habló en entrevista con el medio El Occidental del reciente hallazgo de un presunto campo de adiestramiento y exterminio en el Rancho Izaguirre, donde se encontraron más de 200 pares de zapatos, artículos personales y restos óseos.
El testigo narró que cientos de jóvenes eran llevados a ese lugar -muchos a la fuerza- y que ahí se practicaban rituales de iniciación, canibalismo y asesinatos: los restos, en ocasiones, eran lanzados a cerdos, cocodrilos y leones.
Para el año 2015 la Fiscalía General de Jalisco encontró dos cuerpos en el rancho Los Amiales de Teuchitlán y levantó evidencia de que en el lugar fueron asesinados entre 9 y 11 personas luego de que sicarios se adueñaran del sitio tras el asesinato de su legítimo dueño.
10 años de impunidad
En 2012 el gobernador de Jalisco era Emilio González Márquez, a quien se le señaló de ser cercano a Sergio Kurt Schmidt Sandoval (El Pistolas), en operador financiero del CJNG al que investigaciones periodísticas también ligaron con Enrique Alfaro, predecesor de Pablo Lemus en la gubernatura de Jalisco.
Emilio González Márquez fue sustituido por Aristóteles Sandoval Díaz, el exgobernador asesinado dos años después de dejar el cargo por un pistolero al servicio del CJNG, según la versión oficial.
Otros funcionarios omisos al tema de los campos de exterminio del CJNG en Teuchitlán fueron los exfiscales Luis Carlos Nájera (2013-2015), quien sobrevivió a un atentado en el corazón de Guadalajara en 2018; Edmundo Almaguer Ramírez (2015-2017); Marisela Gómez Cobos (2017-2018) y es secretaria de Seguridad Púbica de Tlajomulco durante la administración de Enrique Alfaro; Gerardo Octavio Solís (2018-2022).
En manos de estos personajes debieron pasar los expedientes que revelaban pruebas de la posible existencia de campos de exterminio del CJNG en Teuchitlán y relacionarlos con las más de 15 mil denuncias por desaparición de personas en el estado de Jalisco.
“Estoy seguro que ninguno de nuestros policías está involucrado (…) Lo que más me preocupa es el daño que esto puede causar al comercio local, que vive del turismo”, declaró el alcalde de Teuchitlán.