El caso del rancho Izaguirre dejó en evidencia los crematorios clandestinos que se han registrado en el municipio
PorJoel Cano
El nombre de Teuchitlán se deriva de la palabra Teuzitlán, que significa “lugar dedicado a la divinidad”. Este municipio, ubicado en el estado de Jalisco, ha acaparado titulares de medios nacionales por algo contrario a su significado: el hallazgo de un predio que era usado como crematorio clandestino.
El 5 de marzo, integrantes del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco localizaron crematorios con restos humanos en el rancho Izaguirre, ubicado la comunidad La Estanzuela, en el municipio referido.
Hasta el momento se han encontrado seis lotes con restos humanos. Los indicios dan una aproximación de las personas que pudieron perder la vida en el lugar: más de 90 pantalones y bermudas; cerca de 200 playeras, blusas y camisas; 150 mochilas, maletas y bolsos, así como un centenar de pares de zapatos y tenis.
Este hallazgo ha generado tal impacto que la Fiscalía General de la República (FGR) atraerá el caso para esclarecer todo lo relacionado con el crematorio clandestino, el cual presuntamente era usado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Aunque el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco dio a conocer la localización del rancho el 5 de marzo, se presume que la Guardia Nacional (GN) tenía conocimiento sobre cuerpos calcinados en Teuchitlán desde hace seis años, aproximadamente.
De acuerdo con Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), desde 2019 la Guardia Nacional tenía presuntos registros sobre cuerpos incinerados en el municipio.
Un informe de la Guardia Nacional, que fue consultado por dicha asociación civil, indica que el 10 de agosto de 2019 se llevó a cabo la localización de una finca con “varios cuerpos que habían sido calcinados”.
El lugar de dicha finca no fue mencionado por MCCI. Únicamente se indicó que se encontraba “cerca de la comunidad La Estanzuela, la misma zona donde los buscadores localizaron a inicios de marzo de 2025 el crematorio”.
Sin proporcionar una cifra aproximada de los cuerpos localizados, MCCI agregó que algunos restos fueron encontrados entre sembradíos de maíz. Aunado a ello, también se hallaron artículos personales de las víctimas, como pares de zapatos.
“Desde entonces se presumía que en ese lugar había una fosa clandestina, debido a que había restos humanos ‘que presentan mayor antigüedad’”, se lee en la publicación de la periodista Valeria Durán.
Este hallazgo tomó un giro siete meses después, cuando el comisario de Teuchitlán dio a conocer que un miembro de un grupo criminal supuestamente intentó sobornar a las autoridades para que no desplegaran operativos en el municipio.
“Lo único que ellos (los criminales) piden es que los dejen trabajar”, habría ordenado el representante del grupo delictivo. Según el reporte consultado por MCCI, el comisario rechazó los sobornos y reforzó la seguridad en su base de operaciones.
Rancho Izaguirre fue intervenido en 2024
El predio de Teuchitlán donde se han localizado seis lotes con restos humanos ya había sido intervenido por las autoridades el 20 de septiembre de 2024.
En esa ocasión, elementos del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional detuvieron a 10 personas y rescataron a otras dos que se encontraban privadas de su libertad en el rancho Izaguirre.
La detención se derivó de una denuncia ciudadana en la que se informaba sobre personas armadas en un “rancho abandonado” en la comunidad de La Estanzuela, el cual fue calificado como un “centro de adiestramiento”.
Al arribar al sitio, los uniformados escucharon disparos de arma de fuego en el interior del predio, por lo que procedieron a intervenirlo.
Además de las 10 personas detenidas, también se localizó a un civil sin vida, cuatro fusiles de asalto, dos armas cortas, 21 cargadores, una granada de mano ,10 placas balísticas, cinco chalecos tácticos y cuatro vehículos.
Supuestamente, el rancho fue asegurado por la Fiscalía estatal. Sin embargo, cuando integrantes del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco acudieron al predio el 5 de marzo, indicaron que los candados y sellos de aseguramiento estaban rotos.