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El Mencho, Iván Archivaldo Guzmán o El Mayito Flaco: ¿quién enfrentará la caída primero según David Saucedo?

El analista en seguridad pública evaluó cuál es el estado actual del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y del Cártel de Sinaloa (CDS)

Con las principales figuras del narcotráfico mexicano bajo presión creciente por parte de Estados Unidos y una compleja red de intereses políticos y militares en México, la pregunta sobre quién será el próximo gran capo en caer se vuelve cada vez más relevante. El analista y consultor en seguridad pública David Saucedo analiza los escenarios que rodean a los principales líderes criminales del país, evaluando las condiciones que podrían acelerar la captura de los líderes del Cártel de Sinaloa o el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

En entrevista con Radio Fórmula, Saucedo expuso las condiciones que podrían definir el futuro de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, líder de Los Chapitos, Ismael Zambada Sicairos, alias El Mayito Flaco, hijo de El Mayo Zambada y líder de La Mayiza; y Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del CJNG, a partir de sus estructuras de mando, alianzas políticas y las reacciones esperadas ante un intento de captura.

El CJNG y El Mencho: un liderazgo vertical y sin reemplazo claro

De acuerdo con Saucedo, el Cártel Jalisco Nueva Generación se ha consolidado como una organización de tipo piramidal, en la que El Mencho ejerce un liderazgo absoluto. A diferencia del Cártel de Sinaloa, en el CJNG no hay una estructura federada que permita delegar el mando de forma efectiva. “El máximo líder, único líder, es El Mencho, que delega en sus comandantes y algunos familiares la operación del cártel”, explicó.

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El especialista precisó que el crecimiento del CJNG tomó fuerza en los últimos seis años, bajo el mandato del gobernador de JaliscoEnrique Alfaro, a quien Saucedo acusó de mantener una actitud pasiva frente al avance del grupo. “Esto no pudo haber sucedido sin la mirada complaciente, la actitud de brazos caídos del gobierno de Enrique Alfaro”, dijo.

Además, el CJNG ha buscado construir una base social mediante la entrega de apoyos en especie con fines electorales y el reclutamiento forzado de jóvenes, mediante engaños o secuestros. Casos como el del Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, ilustran estos mecanismos de captación, afirmó.

El Cártel de Sinaloa tras la caída del Mayo Zambada

A diferencia del CJNG, el Cártel de Sinaloa funciona como una confederación de grupos criminales con varios liderazgos independientes. Esta estructura le otorga una mayor capacidad de adaptación en caso de que uno de sus líderes sea capturado o eliminado. “El cártel de Sinaloa se ha caracterizado por crear una base social de apoyo con base en la construcción de obras de infraestructura”, explicó Saucedo.

La organización sufrió un golpe en julio de 2024, cuando Ismael “El Mayo” Zambada fue finalmente capturado en Estados Unidos, tras años en los que se consideraba improbable su detención.

“La mayoría decía: ‘Híjole, es complicado. No lo han agarrado en mucho tiempo. Es perfil bajo’”, se recordó en la entrevista. Sin embargo, Saucedo afirmó que fue la presión de Estados Unidos lo que obligó al gobierno mexicano a actuar. “Los norteamericanos exasperaron y tomaron la determinación de hacer esta detención. Habían proporcionado sus datos de geolocalización muchas veces”, sostuvo.

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Esta operación sentó un precedente importante para la cooperación binacional en capturas de alto nivel, y reconfiguró las expectativas sobre las posibilidades reales de capturar también a Iván Archivaldo Guzmán Salazar o a El Mayito Flaco, quienes ahora encabezan facciones clave dentro del cártel.

¿Quién caerá primero?

Tras detallar las estructuras, riesgos y alianzas de los principales grupos criminales, el experto en seguridad fue cuestionado sobre ¿qué personaje sería el más probable que caiga primero: El Mencho, Iván Archivaldo Guzmán o El Mayito Flaco?, a lo que mencionó:

“El Mencho sigue siendo una figura difícil de capturar por la estructura de poder que lo rodea y por la posible reacción violenta que desencadenaría su arresto”, afirmó. Recordó que un intento anterior por detenerlo provocó narcobloqueos en cinco estados y el derribo de un helicóptero Black Hawk de la Policía Federal, supuestamente mediante misiles tierra-aire. “Ese es el costo de detener a un narcotraficante de ese nivel”, advirtió.

Aunque afirma que agencias estadounidenses han proporcionado en repetidas ocasiones datos de geolocalización del líder del CJNG al gobierno mexicano, hasta ahora no se ha ejecutado una operación efectiva para su captura. No obstante, Saucedo destacó la colaboración actual entre agencias de seguridad, que podría reactivar estos esfuerzos.

El analista advirtió que una eventual captura de El Mencho tendría consecuencias directas dentro de la estructura del CJNG, ya que el liderazgo recaería en cinco comandantes activos, cuyas identidades no mencionó, pero cuya falta de cohesión, según Saucedo, haría inviable una transición ordenada. “No creo que lleguen a un acuerdo para designar a un nuevo líder”, explicó. Esta situación abriría paso a una guerra interna por el control del cártel, con enfrentamientos entre facciones armadas y posibles rupturas regionales.

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Por el contrario, consideró que los liderazgos del Cártel de Sinaloa están más vulnerables, tanto por la reciente caída del Mayo Zambada como por la posibilidad de que alguno de sus herederos negocie con la DEA un acuerdo de delación premiada. “Quizá hasta los dos —Iván e Ismael Zambada Sicairos— lleguen a algún acuerdo”, concluyó.

Así, mientras los Estados Unidos y México intensifican sus esfuerzos conjuntos, las probabilidades de captura parecen inclinarse, al menos por ahora, hacia los herederos de la estructura criminal sinaloense.

La presión judicial

David Saucedo también abordó el endurecimiento del sistema judicial estadounidense, especialmente la posibilidad de que se aplique la pena de muerte a narcotraficantes mexicanos.

Mencionó que Rafael Caro Quintero podría ser el primero en enfrentar esta sanción, lo que tendría efectos disuasivos sobre posibles colaboradores judiciales. “Si los norteamericanos ejecutan esta intención, cualquier narcotraficante hará hasta lo último por no ser capturado”, advirtió.

A su juicio, este contexto forzaría a muchos capos a preferir morir en combate antes que ser extraditados a Estados Unidos, donde podrían enfrentar la silla eléctrica o inyección letal. “Estoy seguro de que preferirían morir peleando aquí en México que morir en Estados Unidos”, aseguró. También señaló que esta política eliminaría los incentivos para acogerse a programas de testigos protegidos, como lo hicieron antes personajes como el exfiscal de Nayarit Édgar Veytia, hoy en libertad tras colaborar con autoridades norteamericanas.

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